04 julio, 2009

TrajeA 2

Ellos no se mueven con el corazón, andan muy armaditos tratando de zafar, siguiendo las reglas para imponerse y sacarse lo demás de encima. Sólo se consideran a sí mismos, vacíos de todo, puramente obedientes, autómatas, lejos de su ser, son falsos “selves”. Alienados sin saber, poseídos por lo que en realidad otro quiere.
Viven en la superficie. Trabajan sin saber, cumplen, efectivos en sus funciones. Se la creen y están siempre excitados. Exageran. Van y vienen muy pulcros, muy enfocados. Rápidos, eficaces, firmes, seguros pero al mirarlos detenidamente, en sus miradas vemos algo más, que esconden.