04 julio, 2009

Manifiesto

Hablamos del resultado de la estrategia elaborada después de la segunda guerra mundial. La globalización fue la respuesta a la necesidad de lograr un mundo con igualdad de posibilidades para sus habitantes: homogéneo, estable por la supresión de las diferencias. Pensamiento derivado de nacimientos y muertes sucesivas de ideologías disímiles. Estas ideologías marcaban divisiones entre países, los enfrentamientos y las guerras. En esta pretendida comprensión lo que resulta es la intolerancia por las diferencias que son calladas y no tenidas en cuenta, y aparecen nuevas formas de manifestarse.

Pensamos que Latinoamérica es un Cluster. Por eso el Orbe se dedicó a las Particiones, que son formas más logradas y representativas de su organización. Aunque los Clusters reciben el deshecho de las cómodas y avanzadas Particiones, la Horda, no elige vivir en ellas, para mantenerse libres y pensantes.

El Cluster, al quedar como un resto, contiene la resistencia. Es en el residuo de su mirada, donde el peligro se manifiesta. Aparece algo distinto que al ser diferente se le opone por no ser tolerado. Con esto decimos que para ellos lo que no logran soportar: está mal, y que está mal todo lo que no logran manejar. Nosotros decimos que lo diferente no está mal, lo que no se logra es controlar. Se le escapa la sensibilidad, a pesar de la amplitud de sus estrategias.

Hay una mirada del mundo que se le “pianta”.

Todos tienen la posibilidad de acceder al mundo sensible, es inherente a la condición humana. Los autómatas no la desarrollan por falta de estímulo. La libido les es succionada a cambio de seguridad.

El Orbe tiene en sus planes reemplazar los Clusters por Particiones, en su debido tiempo. El conflicto aparece en los sensibles, cuando el Orbe decida incluirlos. Incluyéndolos radicalmente a su sistema, tachan su forma de vida, sus diferencias, queriendo hacerlos Partición. El Orbe encuentra justificaciones. Decreta “la necesidad” de proteger a sus habitantes, ante un efectos nocivo de algún desorden de la Naturaleza. Lo hace sólo para desviar la mirada que atestigua los ilícitos negocios del Orbe sobre la Naturaleza.

La corrupción es aceptada mientras no se le oponga.

Ante el horror, algunos eligen hacer algo, otros sin modificarse, se entregan, se inmolan en el sistema, suicidándose sin darse cuenta.